Un profesor de matemáticas que canta la poesía canaria
Un piso pequeño y acogedor. Detrás de un paraban está el estudio de “Ella”, la compañera de Luis Fajardo. Todo es verde y blanco, luminoso.
Un piso pequeño y acogedor. Detrás de un paraban está el estudio de “Ella”, la compañera de Luis Fajardo. Todo es verde y blanco, luminoso.
En el amor no hay tiempo ni día siquiera espacio. El sentimiento es tan grande, tanto… que por más que se sueñe el atraparlo imposible
Poeta venezolana de raíces canarias, ha publicado los poemarios “Aclaratoria” (Editorial Bid&Co, 2013), “Imprudencias” (Editorial Diosa Blanca, 2014) y “Gula” (Editorial Eclepsidra, 2016). Sus poemas
2020 fue un niño condenado a los adiós y olvidó los holas, encerrado en jaulas de cemento y ladrillo. Nació con una mascarilla en
Tengo miedo de que despierte. Acaba de moverse en la cama, he escuchado el ruido del somier y mi piel se eriza, se me encoge
Hace mucho que escribí este poema para la exposición de Felipe Juan que se inauguró en Telde con solo un pequeño aforo de 15 personas.
La Naturaleza decoró mi pino y mis plantas con sus propias bolas de Navidad. Gotas de agua de la lluvia reciente. Hemos visto recientemente el
El dolor de pecho era tremendo. Me dirigí al cuarto de baño en aquel centro comercial. Al echar el fechillo no podía respirar, se me
Es tu pecho el nido de mi alma. Apoyo mi mejilla sobre tu hombro, y me abrazas. Sentir la paz, tocar los cielos, acompasar nuestras
Con la compañía del leve canto de los pájaros, la brisa de la primavera que predecía al caluroso verano, al borde del alto acantilado, se
Oigo silencios atronadores que golpetean como martillos, muchas tormentas de entes que sufren y van goteando por los pasillos. Oigo a menudo como resuenan
Calles iluminadas por la magia de una noche llena de promesas, un viaje sideral por cada acera, que muestra la calma de calles desiertas, hechas
Difîcil se avecina la mañana. Sembrados ya los temores; futuros inciertos que laten entre las sombras buscando una nueva víctima azul y alegre, como si
Amanece, la noche se pierde y el sol vuelve a dar los buenos días, el mundo se activa, se lame las heridas de una plaga
(de mi libro Crisálida de Danaus) ¡Duerme, duerme barquito, mecido en lomos de olas plateadas! ¡Duerme, duerme estrellita, columpiada en las cumbres de
Cuando me extiendes tus brazos, cuando en los míos te estrecho, cuando me miras con ansia, esperando tu alimento. Cuando a los ojos te miro,
Gastamos nuestro tiempo en indagar, en buscar la forma de llenar nuestros vacíos esos espacios que nos pertenecen y que nos enseñan a crecer interiormente
Posee alas blancas que con el viento danzan en la brisa de la mañana, posee la espada de fuego que atraviesa tu pecho, para
Manos entrelazadas, que tejen su manto, cicatrices en sus dedos, muestra del sendero andado, dos cuerpos que no se separan a pesar de las
Tan adentro que ilumina mi mirada Gáldar Me has enseñado a contar la vida y ahora más que nunca se que volveré a pasear por
Aunque ya no estemos tan confinados, un nuevo poema que se titula «Volviendo a soñar»… Volvamos a soñar dormidos y despiertos, que «Esto también pasará»